Los conocimientos adquiridos me serán de utilidad en mi renaciente vida laboral y profesional; me permitirán abordar la terapia veterinaria desde un ángulo no sólo complementario a la medicina tradicional, sino integrativo.  Espiritualmente, el Diplomado me ha aportado una nueva visión de Dios y todo su Universo; una nueva manera de buscar y vivir mi fe, dejando de lado muchas restricciones asentadas por mi religión. Considero un gran diferenciador el hecho de que este Diplomado no se cierre sólo a la terapia floral, sino que muestre el abanico de la medicina vibracional y otras ramas de sanación.  En este sentido, el Diplomado sembró una semilla de búsqueda de mayor información para ir integrando; no me quedo sólo con esto, sino que entiendo que será un camino continuo en el que espero irme perfeccionando para servir de mejor manera a mis pacientes y a sus humanos.   Además, la calidad humana y espiritual de Micareli e Iván permitió generar un ambiente de cercanía y cohesión entre los compañeros, impensado para muchos de lograr con clases en línea; encontrarme semanalmente con mis compañeros, aunque fuera a través de la pantalla, fue un bálsamo espiritual en tiempos de confinamiento estricto por la pandemia. Por último, señalo como gran aporte de este Diplomado la entrega generosa de Micareli y de mi recordado maestro Iván, de conocimientos, sabiduría y consciencia de unidad.